PLD propone medidas urgentes para enfrentar la crisis de la canasta familiar


Santo Domingo.- El Partido de Liberación Dominicana (PLD), expresa su profunda preocupación y solidaridad con la mayoría de la población dominicana, agobiada y desamparada frente a los elevados incrementos de precios de los componentes de la canasta familiar y el consecuente deterioro de la calidad de vida de las familias, sobre todo, aquellas que viven en condiciones de vulnerabilidad.

Señalaron el incremento acumulado en el Índice General de Precios al Consumidor de agosto de 2020 a abril de 2025, equivalente a un 29% que no describe el profundo impacto negativo que han provocado los aumentos de precios de los bienes más perentorios para el bienestar de la población. 

Un análisis de los diferentes grupos de bienes que componen la canasta familiar permite establecer que el grupo Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, el más importante para las familias más empobrecidas, se incrementó casi un 50% en el mismo período indicado.

Esto significó que el precio de los alimentos se aceleró un 68% por encima del aumento promedio de los precios de los demás bienes y servicios que componen la canasta familiar. Lo anterior evidencia que la variación general del IPC no describe el sufrimiento de una proporción importante de las familias dominicanas a consecuencia de las alzas de precios y para las que, el renglón alimentos, constituye su prioridad fundamental.

Desde diciembre de 2020 a mayo de 2025, un grupo de alimentos esenciales de la dieta básica de los dominicanos han reflejado los siguientes aumentos de precios: arroz superior, de 23.2 pesos la libra a 42.4 pesos; habichuelas roja, de 68.3 pesos la libra a 92.0 pesos; el plátano verde de 23.6 pesos la unidad a 30 pesos; el pollo fresco de 60.5 pesos la libra a 80.3 pesos; la leche, de 76.7 pesos  el litro a 94.6 pesos; huevos, de 5.9 pesos la unidad a 8.6 pesos; la papa, de 30.0 pesos la libra a 51.0 pesos; la yuca, de 19.5 pesos por libra a 29.0, la batata de

22.6 a 42.6, el ñame, de 46.7 pesos la libra a 86.9 pesos, entre otros productos, según el Ministerio de Agricultura.

Con apropiado sarcasmo y sobrada razón las familias describen los lugares de expendio de alimentos, como “la casa del terror”.

El comportamiento de los precios de los alimentos no podía ser de otra manera frente al desprecio que ha manifestado el actual gobierno por el sector agropecuario nacional y sus políticas improvisadas, expresadas en las importaciones descontroladas de alimentos.

El alza de precios de los alimentos tiene un efecto perverso sobre todo la población más vulnerable, que destina la mayor parte de su presupuesto a la compra de alimentos, al tiempo que refleja la incapacidad del gobierno para diseñar y ejecutar una política agropecuaria que garantice la disponibilidad en el mercado nacional de alimentos suficientes, en tiempo oportuno y a precios asequible para la ciudadanía. 

Todos hemos visto que el gobierno ha fracasado en todos los intentos de diseños de programas dirigidos a aumentar la producción agropecuaria y reducir los precios de los alimentos.

El sufrimiento provocado en las familias por la pérdida de poder de compra causado por las alzas de precios se percibe más doloroso cuando se analiza el salario mínimo que disponen las familias más pobres, para satisfacer su canasta familiar de bienes y servicios.

Intentando dar respuesta al innegable deterioro que se aprecia en las condiciones de vida de los dominicanos, a finales del pasado mes de febrero el Comité Nacional de Salarios elevó un 12%, efectivo a partir del mes de abril, los salarios mínimos del sector privado no sectorizado.

 Esto significa que el aumento en el salario real, es decir, descontando los incrementos de precios acumulados desde marzo de 2023 hasta abril de 2025, será de apenas 4.5% en promedio o, menos, para las familias más vulnerables, monto claramente insuficiente para compensar las aspiraciones de cualquier asalariado y peor aún si este se encuentra próximo o por debajo de la línea de pobreza. 

Cuando se examina el poder de compra de los salarios aprobados para la micro y pequeñas empresas de RD$15,860.00 y RD$17,193.00 pesos, respectivamente, que se consideran salarios representativos de las familias que forman parte del primer y segundo quintil de la distribución del ingreso, con el costo correspondiente de su canasta familiar, se observa que al mes de abril pasado la canasta del primer quintil costaba RD$27,968.00 pesos, lo que arroja un faltante para poder adquirir los bienes y servicios de esta canasta de unos RD$12,108.00 pesos, en el caso del salario de la micro empresas y de aproximadamente RD$10,775.00 pesos, respecto al salario mínimo de la pequeña empresa.

El faltante o brecha al que hacemos referencia se ha calculado a partir de las estadísticas que publica mensualmente el Banco Central sobre el costo de la canasta familiar por quintiles de ingreso.  Por otra parte, se hace notar que tomando como referencia esta última información y la distribución de los ocupados por tamaño de las empresas que publica la Oficina Nacional de Estadísticas, se estima que casi un 40% de la población asalariada se ve afectada por la incapacidad del salario para satisfacer sus necesidades expresadas en la canasta familiar.

En nuestro país, el salario promedio de los 2.3 millones de dominicanos que laboran en el sector formal a diciembre de 2024 fue de 36,045 pesos, mientras el costo de la canasta familiar correspondiente a esa misma fecha para una familia del tercer quintil, que incluye un porcentaje importante de la clase media y media baja, fue de RD$42,781 pesos.

Lo expresado en el párrafo precedente significa que para familias con un único ingreso, caso de familias con un solo empleado como frecuentemente ocurre en el país, aún si percibiera el salario promedio del sector formal, estas familias estarían viviendo con un déficit en su presupuesto mensual de casi un 20%, por lo que puede afirmarse que viven en una condición de agobio, desasosiego, como resultado de la precariedad provocada por los bajos salarios y el elevado costo de la canasta familiar.

La realidad previamente descrita profundizará el estado de desilusión, de desesperanza que manifiestan amplios sectores de la ciudadanía en diferentes estudios llevados a cabo sobre la situación actual del país.

Mientras la población sufre el alto costo de los alimentos como resultado de los desaciertos en la política agropecuaria de una administración inepta e incapaz de conectar con las necesidades de la población, el gobierno continúa su endeudamiento desbocado para financiar parte de su gasto dispendioso en salarios para empleados pocos productivos, publicidad y otros gastos superfluos.

El PLD propone las siguientes medidas:

1. Diseñar y ejecutar una política de apoyo efectiva a la producción agropecuaria nacional, que garantice la implementación de tecnologías para aumentar la productividad de los rubros agropecuarios.

2. Implementar programas dirigidos a aumentar la productividad laboral de los trabajadores dominicanos, con el propósito de contribuir a incrementar los ingresos de las familias dominicanas.

3. Ejecutar un programa de desarrollo de infraestructuras rurales, que incluya construcción de presas, canales de riego, rehabilitación de caminos vecinales e interparcelarios, para aumentar las áreas de producción y reducir los costos de transporte de insumos y cosechas





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