Redacción.- La terapeuta familiar Rafaela Burgos advirtió sobre los efectos negativos que pueden surgir en familias donde no existen límites claros entre sus miembros. Explicó este lunes en el programa El Despertador, las características de los dos extremos en los modelos familiares: la familia aglutinada y la desligada, e insistió en la importancia de encontrar un equilibrio. La familia «aglutinada«Burgos definió la «familia aglutinada» como una familia demasiado involucrada, donde los límites entre los miembros están muy difusos y no están claros. Asimismo, aseguró que suele haber mucho apoyo, a veces, va más allá de lo saludable.Señaló que en estos entornos cada miembro “es acompañado automáticamente”, y se espera consenso en todas las decisiones.“Si las decisiones no son las que la familia entiende que son correctas, entonces hay complicaciones, distanciamiento, resistencia o esfuerzos por dirigir al otro hacia la posición que la familia considera correcta, aunque sean situaciones personales, individuales,” afirmó.La terapeuta aclaró que el vínculo emocional suele ser dominante, incluso aun cuando miembros intentan distanciarse físicamente. “No es geográfico el asunto, es emocional. Puedes ir a la China y allá vas a llamar para preguntar, porque tu seguridad emocional está en la familia, en el colectivo.”, explicó.Sobre la vida en pareja, la especialista alertó que una familia aglutinada puede interferir en la relación o en la crianza de los hijos de manera importante.La familia desligadaContrario al modelo de la familia aglomerada, Burgos presentó también la familia desligada, donde “cada quien tiene que resolver sus cosas».«A medida que van creciendo, la gente se va haciendo muy autónoma, la familia no interfiere, respeta las decisiones, aunque no esté de acuerdo», señaló como una carasterística de este núcleo familiar.Sin embargo, advirtió que este tipo de familia también puede generar efectos negativos“Poca cohesión, poco apoyo, son gente que tienen que resolver su vida por ellos mismos», puntualizóIndicó que personas criadas en entornos desligados pueden sentirse inicialmente atraídas por parejas con familias muy unidas, pero que luego de un tiempo, eso los asfixia.Familia funcionalEntre estos dos polos, la terapeuta destacó la familia funcional como el modelo ideal, asegurando que estas generan cohesión, cercanía, afectividad, pero no interfiere tanto en las decisiones de los miembros que ya pueden tomar decisiones a medida que van creciendo.La especialista reiteró que establecer límites en la familia es clave para una convivencia saludable, respetando la individualidad sin romper el sentido de pertenencia.Burgos destacó la importancia de la terapia familiar, e indicó que el objetivo de esta es “flexibilizar esos patrones y conducirlos un poco al centro. Que no haya un desapego total, pero que tampoco haya una falta de autonomía.”