“Si van a parquear, que lo parqueen abajo. Mire, yo tengo una ambulancia y le digo a ellos: ‘Parquéame la ambulancia de aquel lado, déjame la acera tranquila para que la gente pueda caminar’”, expresó una residente visiblemente frustrada.
Los comunitarios denuncian que el problema no es nuevo, y que las autoridades han brillado por su ausencia. “Esto es una traición de los gobiernos de turno. Los municipios, los alcaldes… nada. Lo que hay es una desvergüenza. No hacen nada”, afirmó otro ciudadano.
Las consecuencias han sido graves. “Mi madre tuvo un accidente. Una señora no pudo correr hacia la acera y tuvo que irse por la calle. Cuando iba a cruzar, vino un motor en vía contraria y la chocó. Tuvo que chequearse después”, narró.
Un estudio realizado por técnicos de la Fundación Movilidad Vial revela que el 83 % de las aceras del Gran Santo Domingo presenta algún tipo de obstrucción. Además, el 61 % de los tramos no permite el paso a personas con discapacidad o en sillas de ruedas. En sectores como Cristo Rey y Villa Consuelo, más del 90 % de las aceras están parcial o totalmente ocupadas por negocios.
“¡Aquí no se puede caminar! Son los toideros los que tienen la calle cogida. Tú viste allá al frente, eso está todo cogido. ¡Los toideros tienen todo cogido!”, denunció otro vecino, señalando hacia el negocio informal instalado en plena acera.
La ocupación de las aceras constituye una violación al artículo 199 de la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, que prohíbe obstruir el tránsito peatonal o estacionar vehículos en las aceras.
El informe recomienda una intervención urgente y coordinada del Ayuntamiento del Distrito Nacional, la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) y el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) para resolver esta situación que afecta a miles de ciudadanos.
