Ventilación cruzada: una técnica sencilla que muchos ignoran
Uno de los trucos más antiguos y efectivos es la ventilación cruzada. Consiste en abrir ventanas opuestas para que el aire fluya y refresque los espacios. En muchas casas dominicanas, especialmente en barrios tradicionales, esta técnica se utiliza de forma natural. Si se combina con un abanico colocado estratégicamente, el efecto se multiplica.
Quienes viven en apartamentos o casas con pocas ventanas pueden ayudarse de un ventilador de torre o de piso que impulse el aire hacia afuera por una ventana, mientras otro jala aire fresco desde la parte más sombreada de la vivienda. Así se crea una corriente que ayuda a bajar la temperatura interior sin gastar tanta energía.
Cortinas, plantas y pintura clara: tus mejores aliados
Las cortinas gruesas o térmicas son una inversión que vale la pena. En el Caribe, el sol golpea con fuerza, y mucho del calor que sentimos en casa entra por las ventanas. Usar cortinas blackout, especialmente en las habitaciones que reciben sol directo, puede reducir notablemente la sensación térmica.
Otra alternativa más natural: colocar plantas cerca de las ventanas o balcones. Las enredaderas, helechos y plantas colgantes no solo decoran, sino que crean una barrera verde que filtra el calor.
Y si hay presupuesto para pintura, elegir colores claros en las paredes exteriores ayuda a reflejar el sol, en lugar de absorberlo. Este pequeño cambio puede marcar una gran diferencia, sobre todo en techos de zinc.

Electrodomésticos fuera de horario y luces LED
Cada electrodoméstico encendido suma calor. Cocinar al mediodía o dejar el televisor prendido todo el día convierte el hogar en un horno. Lo ideal es cocinar temprano en la mañana o después de las 5 de la tarde, cuando baja el sol.
Además, cambiar los bombillos tradicionales por luces LED no solo baja el consumo eléctrico, sino que produce menos calor. Es una pequeña inversión con beneficios dobles: menos calor y menos factura.

Agua, sombra y creatividad local
En los barrios dominicanos, muchas casas tienen patios techados con hojas de zinc, cartón o lona. Aunque no sean estéticamente perfectos, esos inventos caseros funcionan. Crear zonas de sombra en el exterior —usando toldos, sábanas viejas o mallas— también ayuda a que el interior no se sobrecaliente.
Y por supuesto, nunca falta la cubeta de agua en la galería, que sirve para mojar el piso y refrescar el ambiente. Un truco dominicano de toda la vida.

Vivir con el calor, pero con inteligencia
Adaptarse al clima no significa resignarse. Vivir en un país cálido como el nuestro implica aprender a jugarle al calor con astucia. Con prácticas simples, materiales accesibles y un poco de creatividad, es posible transformar cualquier hogar en un refugio fresco sin necesidad de gastar una fortuna.
Porque al final del día, el calor puede ser parte del paisaje, pero el confort es una decisión.