Respirar aire limpio y dejar atrás el corre corre
En lugares como Jarabacoa, Constanza, San José de las Matas, San Juan de la Maguana, o cualquier rincón verde del interior, el tiempo parece correr más lento. Las bocinas se cambian por cantos de gallos, y el humo de los carros por el aroma a café recién colado. Pasar un fin de semana en el campo permite desconectarse de lo digital y reconectarse con uno mismo y con la familia.
Quienes viven en la ciudad muchas veces no se dan cuenta del impacto del ruido constante, la contaminación y el ritmo acelerado en su estado de ánimo. Dormir sin bocinas ni sirenas es más que un lujo: es una forma de recargar energías.
Beneficios reales y accesibles
- Mejora la salud mental: Estudios y experiencias locales coinciden en que estar en contacto con la naturaleza reduce la ansiedad y mejora el estado de ánimo.
- Fortalece los lazos familiares: Un viaje al campo suele incluir más tiempo de calidad entre padres, hijos, primos y abuelos, sin distracciones tecnológicas.
- Ahorro y economía: A diferencia de un resort o un viaje al extranjero, una escapada al campo puede ser muy económica. Muchos dominicanos tienen algún familiar o amigo con una casita disponible en el interior.
- Alimentos naturales y frescos: Comer aguacate recién tumbado, pan de agua del colmado del pueblo, o tomar jugo de chinola natural, no tiene comparación. Es una forma de volver a lo auténtico.

Alternativa saludable al entretenimiento urbano
Mientras el entretenimiento en la ciudad suele girar en torno a centros comerciales, cines y restaurantes, el campo ofrece experiencias más sanas y enriquecedoras: bañarse en el río, caminar por senderos, jugar dominó en una galería, sembrar una mata de plátano, o simplemente sentarse a contemplar el atardecer.
Además, muchos emprendedores locales están apostando por el turismo rural sostenible, ofreciendo hospedajes rústicos, experiencias agrícolas, rutas ecológicas y actividades culturales. Esto no solo brinda una alternativa para los visitantes, sino que impulsa la economía del campo.
Volver al campo no es retroceder
Al contrario. Volver al campo es avanzar hacia una vida más equilibrada. No hay que mudarse ni dejarlo todo, pero dedicar al menos un fin de semana al mes para salir del entorno urbano puede marcar una gran diferencia.
Es una forma de recordar de dónde venimos, valorar lo sencillo y recargar el espíritu. En tiempos donde todo parece urgente, el campo ofrece un espacio donde la tranquilidad aún tiene valor.
¿Y tú, cuándo fue la última vez que volviste al campo?
Tal vez este fin de semana sea el momento perfecto para reencontrarte con lo que verdaderamente importa.
